- ¿Sabes qué he estado haciendo hoy?
- Algo bonito, seguro.- a la Atareada le gusta que
la adulen.
- He estado plantando cactus. Pero no unos cactus
cualesquiera… son especiales. Son
esquejes de cactus que pertenecieron a mi abuela, no sé de dónde los sacaría ella… ¿imaginas
qué historia pueden tener? … - la Atareada entrecierra los ojos y hace como que
fantasea…- Tal vez tengan más de cien
años… tal vez mi abuelo le trajo un
brote de Cactus Misterioso de donde estuvo durante la guerra… tal vez ella arrancara un trozo del jardín de
la casa del poeta en la que trabajó… tal vez compró alguno de ellos en un
mercado callejero de Nîmes… El caso es que los tenía en su casa, en el patio. Fueron
creciendo y la familia cogió pequeñas crías de cactus y fue plantándolas en sus
casas. Estos cactus están repartidos por las casas de todos mis tíos. Y para
seguir la tradición familiar ayer recibí
mis esquejes y esta mañana los he estado plantando…


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