domingo, 4 de octubre de 2015

Cactus




   -  ¿Sabes qué he estado haciendo hoy?

 -     Algo bonito, seguro.- a la Atareada le gusta que la adulen.

 -   He estado plantando cactus. Pero no unos cactus cualesquiera… son especiales.  Son esquejes de cactus que pertenecieron a mi abuela,  no sé de dónde los sacaría ella… ¿imaginas qué historia pueden tener? … - la Atareada entrecierra los ojos y hace como que fantasea…-  Tal vez tengan más de cien años…  tal vez mi abuelo le trajo un brote de Cactus Misterioso de donde estuvo durante la guerra…  tal vez ella arrancara un trozo del jardín de la casa del poeta en la que trabajó… tal vez compró alguno de ellos en un mercado callejero de Nîmes… El caso es que los tenía en su casa, en el patio. Fueron creciendo y la familia cogió pequeñas crías de cactus y fue plantándolas en sus casas. Estos cactus están repartidos por las casas de todos mis tíos. Y para seguir la  tradición familiar ayer  recibí mis esquejes y esta mañana los he estado plantando…


                    ¿Cactus Misterioso, Atareada?... Sé que tu abuela nunca estuvo en Nîmes…

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